“Antes sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.” (Efesios 4:32)
Hoy quiero hablarte de una virtud que a menudo se pasa por alto, pero que tiene un poder transformador: la amabilidad. Vivimos en un mundo lleno de estrés, divisiones y actitudes egoístas, pero como hijos de Dios, estamos llamados a vivir de manera diferente. La amabilidad no es solo una virtud, es una expresión práctica del amor de Cristo.
¿Qué significa ser amable?
La palabra “bondadosos” en Efesios 4:32 habla de una actitud de compasión y respeto hacia los demás. La amabilidad no es debilidad, es fuerza bajo control. Es tratar a los demás con el mismo amor y gracia que hemos recibido de Dios.
“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia.” (Colosenses 3:12)
La amabilidad es algo que debemos “vestirnos” cada día, como una prenda que refleja nuestro carácter en Cristo.
¿Por qué debemos ser amables?
Efesios 4:32 nos da una razón clara: debemos ser amables porque Dios fue amable con nosotros al perdonarnos en Cristo. Su bondad es el modelo perfecto para nuestras relaciones. No somos amables porque los demás lo merezcan, sino porque hemos recibido gracia inmerecida.
“Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.” (Lucas 6:35-36)
Dios nos llama a mostrar bondad incluso a quienes no nos tratan bien. ¡Es un reflejo de Su carácter!
Cómo practicar la amabilidad en nuestra vida diaria
La amabilidad no se queda en palabras bonitas; debe expresarse en acciones concretas. Aquí hay algunas formas de vivir esta virtud:
A través de nuestras palabras
“La blanda respuesta quita la ira, mas la palabra áspera hace subir el furor.” (Proverbios 15:1)
Tus palabras pueden construir o destruir. Usa tu lengua para edificar a los demás.
Ayudando a quienes lo necesitan
“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos.” (Gálatas 6:9-10)
La amabilidad muchas veces significa salir de nuestra zona de confort para bendecir a alguien más.
Perdonando a los demás
Volvamos a Efesios 4:32: la amabilidad está íntimamente ligada al perdón. Cuando perdonamos, mostramos que entendemos la gracia que Dios nos ha dado.
Los frutos de la amabilidad
Cuando vivimos en amabilidad, no solo bendecimos a los demás, sino que también experimentamos gozo y paz en nuestra propia vida. Además, nuestra amabilidad puede ser un testimonio que apunte a Cristo.
“El hombre misericordioso hace bien a su alma; mas el cruel se atormenta a sí mismo.” (Proverbios 11:17)
Conclusión
La amabilidad es una forma de reflejar a Cristo en un mundo necesitado de Su amor. Efesios 4:32 nos recuerda que debemos ser bondadosos porque hemos recibido la bondad de Dios. Hoy te desafío a que salgas de este lugar con una actitud de amabilidad intencional. Piensa en alguien con quien puedas practicar la amabilidad esta semana: tal vez un amigo, un familiar, o incluso alguien difícil de amar.
Imagen de portada Photo by Max Saeling on Unsplash
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