
En Juan 7, encontramos una intensa controversia sobre la identidad de Jesús. Mientras algunos creían en Él, otros lo rechazaban. Este capítulo ocurre durante la Fiesta de los Tabernáculos, una celebración judía importante.
En este artículo, exploraremos las enseñanzas de Jesús, la reacción de la gente y la invitación que Él nos hace hoy.
Jesús y la Fiesta de los Tabernáculos (Juan 7:1-13)
Los hermanos de Jesús no creían en Él y lo desafiaron a ir a Jerusalén para mostrar su poder (Juan 7:3-5). Sin embargo, Jesús les dijo que su tiempo aún no había llegado, y fue más tarde de manera discreta.
En la fiesta, la gente murmuraba sobre Él:
🔹 Algunos decían que era un hombre bueno.
🔹 Otros pensaban que engañaba a la gente.
🔹 Nadie hablaba abiertamente por miedo a los líderes religiosos.
La identidad de Jesús siempre ha sido un tema de debate. ¿Quién es Jesús para ti?
Jesús enseña en el templo (Juan 7:14-24)
A mitad de la fiesta, Jesús comenzó a enseñar en el templo. La gente se asombró de su conocimiento, pues no había estudiado en las escuelas rabínicas. Jesús explicó que su enseñanza venía de Dios y no de sí mismo (Juan 7:16).
También confrontó a los líderes religiosos por su hipocresía:
🔹 Ellos querían matarlo por sanar en sábado, pero permitían la circuncisión en ese día (Juan 7:21-24).
“No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.” (Juan 7:24).
No debemos juzgar a Jesús según las opiniones de otros, sino buscar la verdad en sus propias palabras.
¿De dónde viene Jesús? (Juan 7:25-36)
Algunos habitantes de Jerusalén se preguntaban si Jesús era realmente el Mesías. Conocían su origen terrenal (Nazaret), pero no entendían su origen divino.
Jesús les dijo:
“A mí me conocéis, y sabéis de dónde soy; y no he venido de mí mismo, pero el que me envió es verdadero.” (Juan 7:28).
Los líderes querían arrestarlo, pero nadie pudo ponerle mano porque su hora aún no había llegado (Juan 7:30).
Jesús no era solo un hombre común; su verdadero origen es celestial.
Jesús, la fuente de agua viva (Juan 7:37-39)
En el último día de la fiesta, Jesús hizo una declaración poderosa:
“Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.” (Juan 7:37-38).
Esta “agua viva” se refería al Espíritu Santo, que vendría después de su glorificación.
Solo en Jesús encontramos el agua que sacia nuestra sed espiritual.
División entre la gente y rechazo de los líderes (Juan 7:40-53)
Después de sus palabras, la multitud se dividió:
🔹 Algunos decían que Jesús era el Profeta o el Cristo.
🔹 Otros dudaban porque creían que el Mesías no podía venir de Galilea.
Los fariseos enviaron guardias para arrestarlo, pero ni siquiera ellos pudieron hacerlo porque quedaron impactados por sus palabras (Juan 7:46).
Nicodemo, quien antes había hablado con Jesús (Juan 3), intentó defenderlo, pero los líderes lo ridiculizaron (Juan 7:50-52).
Seguir a Jesús puede traer rechazo, pero su verdad sigue transformando vidas.
Conclusión:
- Jesús no es solo un hombre sabio; su enseñanza viene de Dios.
- Su origen es celestial, y solo en Él encontramos agua viva.
- Seguir a Jesús genera división, pero su verdad es innegable.
¿Tienes sed espiritual? Jesús te invita a venir a Él y recibir el agua que da vida eterna.
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